En nuestra reunión de noviembre, celebrada el sábado 29, quisimos brindar un cálido momento, exclusivo para los padres, con el fin de escuchar sobre un tema que nos parece fundamental durante la crianza: La Coherencia. Este es un valor, al cual para nosotras se adhieren todos aquellos valores que deseamos inculcar a nuestros hijos. Sirve de poco que le enseñamos a nuestros hij@s el valor de honestidad, cuando no le dices la verdad, o cuando le pedimos no gritar y entre padres nos gritamos o a nuestros hijos le gritamos....les parece incoherente, ¿cierto?
En esta reunión, contamos con una invitada especial, Irma, una mama de tres: Irma C (22a) Isabel C (18a) y Pedro Fernando (7a) cuya historia de vida, como mujer y como madre, da testimonio del valor de la coherencia en la familia. Irma, destacaba que si queremos hijos seguros de sí mismos, nada más necesario que una madre y un padre coherente. En este sentido, la coherencia empieza por mí (como papá o mamá), los discursos pasan y las acciones quedan. Palabrear a nuestros hijos no servirá de nada si con nuestras acciones no reflejamos lo que nuestras palabras quieren decir. Por ejemplo, señalaba, que inscribimos a nuestros hijos en el mejor colegio según nuestro criterio, sin embargo, sin darnos cuenta, o tal vez sí, nos quejamos de que "el colegio pide mucho, que manda muchas tareas, que este colegio bla, bla, bla ....Y esto, va dejando en nuestros hij@s una especie de confusión..."Mi mama me inscribe en este colegio porque lo considero bueno para mí...pero ella habla mal del colegio"....Confusión consecuente de nuestras incoherencias.
A los padres nos toca estar muy atentos a nuestras acciones, somos el pilar donde se sostienen los peques de la casa, en consecuencia debemos ser un pilar fuerte, coherente, seguro, para que nuestros hijos se puedan sostener. La coherencia exige determinación, es decir cuando decimos "sí" o "no" a nuestros hijos, es muy importante explicar las causas del "sí", las causas del "no". Seguramente ante un NO, nuestros hijos insistirán, pero si ya le hemos explicado por ejemplo que esas razones del no, derivan en su bienestar, debemos mantenernos en el NO, para que sea creíble para el niño, esas razones de bienestar que le explicamos.
Piensen por un segundo cuanta angustia puede producir en un niñ@ unos padres incoherentes. La comunicación, el decir la verdad, el reconocer cuando nos equivocamos es la clave para la coherencia. Los hijos confían en unos padres coherentes, se sentirán acompañados y protegidos.
Agradecemos a Irma, por compartir su valiosa experiencia siendo una mamá coherente. Agradecemos a las madres que nos acompañaron y a Play Gym por ser el hogar cálido que nos albergó.
Nos vemos pronto en nuestra próxima reunión.
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