- Criar con amor suena algo redundante ... ¿Es cierto que todos los padres y madres amamos a nuestros hijos naturalmente?
Lo natural es que todos los padres y madres amemos a nuestros hijos, claro que sí. Por suerte, no conozco a ningún padre o madre que críe a sus hijos sin amor. Pero sí conozco a algunos casos en los que no respetan adecuadamente los sentimientos de los niños, y lo que es aún más sorprendente, no respetan ni siquiera los suyos propios. Creo que el amor es un sentimiento tan poderoso y complejo que necesita de una profundización mucho más amplia que una simple expresión en palabras.
- ¿Qué es el amor en la crianza?
El motivo de todo. La propia concepción en una pareja que desea tener un hijo es un profundo acto de amor. Y en la crianza también es el factor más importante. Lo que ocurre es que, a veces, los padres tienen miedo de interpretar ese amor de forma inadecuada. Muy a menudo escucho o leo a padres decir "amar demasiado a los hijos no es bueno para ellos ni para nosotros". Esos suelen ser los padres que, confundiendo el amor con la permisividad, tienen miedo a amar incondicionalmente a sus hijos, porque piensan que un exceso de amor puede dar pie a malos comportamientos y a una excesiva dependencia de los hijos hacia nosotros.
Las evidencias científicas nos muestran cada vez más cómo los niños que son educados con amor y respeto, sin permisividad ni autoritarismo, suelen ser adultos con un mayor éxito en sus relaciones sociales y en su autopercepción.
- ¿Cómo hacerles saber a nuestros hijos que los amamos?
Creo que el primer paso -y a veces el más difícil- es tomar conciencia de la importancia de que nuestros hijos sepan en todo momento que los amamos de forma incondicional. Normalmente, cuando más amor necesita el niño es cuando menos se lo brindamos. En realidad, a los adultos nos ocurre exactamente igual: cuando erramos, cuando nos equivocamos, o cuando simplemente estamos tan saturados con nuestras preocupaciones y sentimientos que estamos a punto de explotar. ¿No es en esas situaciones cuando más necesitamos que nos demuestren que somos amados, aunque nos equivoquemos, y que nos demuestren que creen en nosotros, y en nuestra capacidad para no volver a errar en el futuro? Cuando un niño tiene una rabieta o un mal comportamiento, en realidad nos está pidiendo que le demostremos nuestro amor incondicional ante su incapacidad natural para soportar esos sentimientos tan grandes que está experimentando.
Es muy importante que aceptemos los sentimientos de nuestro hijo tal y como él los está experimentando, no como los vemos desde nuestra visión de adulto. Sólo así el niño sabrá que no tiene que avergonzarse ni sentirse mal por estar experimentando todos esas sensaciones desagradables sobre las que no tiene todavía capacidad de control. Y así se fortalecerá el más importante aspecto de la relación con nuestro hijo: la conexión. Un niño que se siente fuertemente conectado con sus padres sabe que es amado de forma incondicional, y por lo tanto más feliz y con mejor autoestima.
Y, en contra de lo que pueda parecer, ni los regalos ni los premios demuestran nuestro amor. Un "te quiero" cada día es mucho más poderoso, energizante y efectivo. ¡Para ellos y también para nosotros mismos!
- ¿Qué hacemos con las emociones que nos complican demostrar el Amor?
Aceptarlas primero, y controlarlas después. De nada sirve intentar "silenciar" nuestras emociones, porque quedarán sumergidas para salir a flote en una próxima ocasión con mayor explosividad aún. Como seres humanos, debemos aceptarnos por tener miedos, preocupaciones, ganas de gritar... Cuando estas emociones son muy fuertes o muy continuadas en el tiempo es bueno que las soltemos de alguna forma (por ejemplo haciendo deporte o buscando a alguien de confianza para que simplemente nos escuche).
Una vez que las aceptamos lo siguiente es no dejar que influyan en el aquí y el ahora. Todos sabemos que cuando estamos relajados vemos los problemas desde una perspectiva más optimista, y que cuando estamos saturados por la situación adoptamos una actitud de "lucha o huida" que no nos deja pensar con claridad. Si sabemos detectar esa emoción que crece descontroladamente dentro de nosotros, lo siguiente será no permitir que influya en la situación. Podemos contar hasta diez, alejarnos -si es posible- del sitio durante unos instantes, tomar un vaso de agua... Si comprendemos que no es una cuestión de vida o muerte y que por tanto no requiere una respuesta inmediata, nos será más fácil dejar pasar a través de nosotros esa emoción sin que nos perjudique en nuestras decisiones.
- ¿Cómo equilibrar las responsabilidades económicas con el tiempo y la atención para darles a nuestros hijos el Amor que sentimos?
Creo que es importante dedicar un tiempo diario exclusivo para cada uno de nuestros hijos, en el que el niño sienta que todos nuestros sentidos están con él, en él. A veces nos resultará difícil sacar ese tiempo para ellos, pero incluso con unos 10 o 15 minutos por cada hijo podría ser suficiente (aunque lo deseable sería algo más de tiempo, naturalmente), siempre que durante ese tiempo les demostremos que estamos a su entera disposición. Y no vale jugar a montar bloques mientras nosotros consultamos internet en el teléfono. Los niños tienen una habilidad especial para detectar cuando estamos atentos a ellos de verdad y cuando no.
Por desgracia, el tiempo que pasan juntos padres e hijos cuando los primeros trabajan es escaso, y la realidad es que las instituciones no muestran un claro interés por potenciar la conciliación laboral con la familia. Al menos, la buena noticia es que, en lo que se refiere al tiempo que les dedicamos, la variable calidad es más importante que la cantidad.
Gracias Himar por tus palabras, nos llena de emoción tenerte en Felices Criando. Nos da esperanzas, ganas de abrazar a nuestros seres queridos y cultivar con el ejemplo, la semilla del Amor en nuestros hijos ..
Esperamos seguir acompañándonos en la amorosa tarea de criar.
¡Gracias a tod@s por estar!
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